Cualquier escusa es buena para darse una sobredosis de azúcar y en este caso ha sido la celebración del Día del Padre. Nos moríamos de ganas de probar la Red Velvet Cake, esta tarta roja (que aunque no lo parezca es de chocolate) con crema dulce de queso (Cream Cheese Frosting)
¿Sabéis esa emoción que te entra cuando vas a comer algo que sabes que es una bomba, que te va a empalagar hasta límites insospechados y además tiene un ligero punto de pecado?? Bueno, pues eso fue lo que pasó: la tarta está espectacular, recuerda vagamente al gusto de los bonis, tigretones o panterasrosas, pero sin el regusto sintético de la bollería industrial. EXQUISITA. Después de 3 trozos de tarta, me tuve que comer un bocadillo de jabugo para desengrasar.
Que vivan los PADRES y la RESPOSTERA.
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