En junio de 2009, el presidente Sarkozy pronunció un solemne discurso en el Palacio de Versalles, en el que calificó el burka como "un signo de servidumbre", contrario a la "idea de la República francesa sobre la dignidad de la mujer" y declaró que "no es bienvenido en el territorio francés".
A raíz de ese discurso, en Francia se ha desatado una polémica similar a la que se produjo en 2004 respecto al velo islámico y que desembocó en una ley que prohibe el uso de cualquier signo religioso en los lugares públicos, con atención especial a las escuelas. Si sale adelante el polémico proyecto de ley del Gobierno francés, llevar burka en los espacios públicos en Francia supondrá una multa de 750 euros.
Me produce un gran desasosiego este tema. Muy a mi pesar, cada vez estoy más de acuerdo con nuestro amigo Alfonso, que cree que los conflictos entre civilizaciones son inevitables, puesto que cada una cuenta con sistemas de valores significativamente distintos.
Cito a Samuel P. Huntington en "El choque de Civilizaciones": En un mundo de múltiples civilizaciones, la vía constructiva es renunciar al universalismo, aceptar la diversidad y buscar atributos comunes".
Y el burka en Europa no es un atributo común, aunque la excéntrica de Madonna se lo ponga para pasear al perro. Ver foto
Hay que ser tolerantes, flexibles, entender al que es diferente, pero desde pequeña mi madre (¡que sabias son las madres!) me dijo, donde fueres haz lo que vieres.
ResponderEliminarAcabo de llegar de Marruecos y he tenido cuidado en no llevar tirantes ni ropa que les puediera ofender (he estado en el desierto, hacía calor). Pues a muchas mujeres nos ofende el burka. Me parece una bofetada a todas esas mujeres que durante años han luchado para que yo pueda votar, para que pueda viajar sola, para que no sea menos que un hombre. Por eso hay que prohibir el burka, me ofende, ofende a miles de mujeres.
Laura