Desde Sao Paulo

Una de las cosas que más gusta de viajar a otro país es la salida del aeropuerto, cuando descubres el olor de la ciudad, me pone cuerpo de vacaciones inmediatamente. Sao Paulo huele a humedad, a la gasolina que usan (mezclada con alcohol) y al dulzor de la vegetación exhuberante.

Esta ciudad tiene 16 millones de habitantes y es de un tamaño descomunal. Del aeropuerto al hotel hemos tardado 1 hora y media de atasco! Como en el resto de latinoamérica, solo consigues sentirte totalmente segura en los barrios de clase alta, con puestos de policía en cada esquina. Todos los coches tienen los cristales tintados y te recomiendan constantemente no llevar la cámara a la vista y esos detalles. ¿Y qué me decís de las papeleras? ¿Alguien lo entiende?




Pero una vez que te relajas la ciudad tiene mucho rollo! Hemos estado en el barrio de Jardins, de aspecto colonial y tiendas muy chulas. Por ejemplo: la tienda de zapatos Melissa. Aún no han llegado a España, asi que tomad nota: son de plástico de colores, ligeras y super cómodas, tipo bailarinas. Mirad la foto de la dependienta con turbante y las que ella lleva en los pies:



Y LAS CANGREJERAS!!!! ¿Qué me decís de las cangrejeras de toda la vida? Me duelen los meñiques de los pies solo de verlas.





La tienda de Havaianas es para llevártela a casa: millones de modelos de todos los colores y diseños imaginales. Como anécdota os diré que en hotel no hay sleepers sino havaianas :) Mirad el mural de la entrada, hecho con las chancletas.



Y para rematar el día, hemos cenado en un japonés increíble (en Sao Paulo hay una comunidad japonesas de 600.000!) que se llama Jun Sakamoto. Y ¿sabéis lo que he probado? MEDUSA. Cuando me han dicho lo que era he sufrido un ataque de pánico, tengo que reconocerlo. Me lo he metido en la boca y no reconocía la textura ni el sabor y me estaba costando un poco tragarlo... Y cuando B me ha dicho jelly fish, he tenido que utilizar el control mental de un fakir para no escupirlo (a pesar del precio de la medusita...) Pero todo lo demás era exquisito.

Mañana volamos a Floripa.