He entrado en el bucle de lo italiano: después de tres días en Roma he visto La Dolce Vita, he preparado spaghetti con albóndigas como en El Padrino y ayer en el cine vimos Io sono l´amore, de Luca Guadagnino.
Hay una frase de la protagonista, Tilda Swinton, que me encantó: "cuando llegué a Italia dejé de ser rusa". Pues a mi me pasa algo parecido, porque hasta sueño en italiano, y eso que no lo hablo ;)
La película cuenta la historia de la familia Recchi, de la alta burguesía industrial de Milán y más que de amor me parece una película sobre el dolor: el dolor de la soledad de las mujeres en un segundo plano familiar, de los amores no correspondidos, de la pérdida de seres queridos...
Estéticamente es preciosa: la vivienda de la familia es impresionante, el vestuario elegante, la comida deliciosa, los paisajes exhuberantes, etc; pero esa búsqueda constante de la belleza en cada detalle es excesiva: hay más de 500 planos detalle muy bonitos, pero se ve que al director le ha costado elegir...
NOTA: mirad que bonito el vestido de Jil Sander que luce Tilda
El retrato de la alta burguesía milanesa es demoledor. La pelicula merce la pena y mucho. Para cualquiera que haya estado en Milán reconocerá en las imágenes esa frialdad característica del caracter lombardo.
ResponderEliminarPont Max, a tí te a va a gustar de verdad