Dicen que Nápoles no levanta cabeza desde que el verano del 2008 la basura inundara sus calles. Dicen que es anárquica y caótica, sucia y peligrosa. Pero como también dicen que es animada, acogedora y fascinante, me voy para allá, cámara en mano, para comprobar si su fama es merecida.
Pienso disfrutar a tope de su urbanismo salvaje e ilegal, del ajetreo de sus calles, del tráfico rodado y del ruido de los napolitanos.
Si veis que no vuelvo, no deis la voz de alarma ni os preocupéis. Estaré en un café frente al mar, dando buena cuenta de un café y un gelatto.
Ciao bellas, ci vediamo presto!
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