Primero fue el aceite de aloe vera, luego el de rosa mosqueta y ahora el de argán. Yo no digo que el aceite de argán no sea bueno (que lo es y mucho) pero esto de las modas en la cosmética nos sale carísimo.
El argán es un árbol originario de Marruecos y de cuyo fruto se obtiene este aceite, uno de los aceites vegetales con mayor poder regenerador y nutritivo. Su composición natural contiene un 80% de ácidos grasos esenciales y grandes cantidades de vitamina E (casi tres veces más que el aceite de oliva!)También es un excelente regenerador ya que es una gran fuente de antioxidantes. ¿Y esto en qué se traduce? Pues en un gran efecto anti-arrugas: se puede aplicar por la noche, unas gotitas cerca del contorno de ojos, líneas de expresión, etc.. O también podemos añadir unas gotitas a la crema hidratante habitual (ojo las de piel grasa o mixta, no abusar)
Pero no solo nos ayuda a combatir las arrugas, también es fantástico para aliviar las quemaduras, fortalecer las uñas,tratar las irritaciones cutáneas (acné, eczema, estrías del embarazo, quemaduras, psoriasis, varicela) y matizar las manchas en la piel. ¡Pero sin duda mi uso favorito es en el pelo! Si eres de pelo seco y encrespado, con tan sólo añadir unas gotitas de este aceite después de lavarlo, te hidrata y nutre. Vamos, que este aceite es como ir a Lourdes!!!!
Ahora se puede encontrar en cualquier sitio (Mercadona o Natural Honey por ejemplo) pero yo os recomiendo un aceite puro, natural 100%. Este es el que yo uso:
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