viernes, 12 de noviembre de 2010

Nadie dijo que fuera fácil ser una princesa

Para empezar el fin de semana, comparto un cuento que me ha regalo hoy mi hermano. Está basado en un hecho real, así que cualquier parecido con la realidad no es una mera coincidencia...

"Nueva York, una estriper de 18 años, que lo pasa mal para llegar a fin de mes en una ciudad que no hace más que darle patadas. Una noche un hombre le ofrece 20.000 dólares por acompañarle a una fiesta. Los ojos le hacen chiribitas, se cree Cenicienta y dice que "sí, claro". A todos nos gusta irnos de fiesta, pero nunca nos han pagado por ello.


Lo que a esta chica, que se llama Jillian Lauren, no le contaron, es que el príncipe azul era el hermano del sultán de Brunei. Tampoco que la fiesta era allí, en Brunei, donde quiera que esté eso –pensaría ella, supongo–. Ni que iba a durar 18 meses. Ni que ésta consistía en pasar a formar parte de su harén.


Así que tenemos a la pequeña Jill –la vamos a llamar así, y diremos que era de un pueblo de Wisconsin, por eso de dramatizar al personaje, aunque sea mentira–, de repente atrapada en un mundo que no entiende, siendo la amante número X de un príncipe no tan azul, pero bañándose todos los días en una piscina de joyas y Chanel. El príncipe playboy elegía cada día a una o varías para pasar la noche y luego las llevaba a todas a comprarles caprichitos al "
chopin". Fiestas, piscina, siestas. Así era la vida de Jill. Una cárcel de oro con grilletes de seda. Y se enamoró de él. La chica siempre se enamora del príncipe, si no, no hay cuento. Y éste termina con ella marchándose un día, cansada y con el corazón roto, con su maleta y un buen sobre debajo del brazo.

Y pienso yo: a ti te 'secuestran' y te llevan a Brunei (donde quiera que esté eso, pensaba Jill), te convierten en esclava sexual, y año y medio después dices: oye, que me he cansado, que me marcho... ¿De verdad? Pues vaya mierda, los cuentos de hadas.


Ahora la pequeña Jill ya no es tan pequeña. Ya es Jillian otra vez. Está casada, ya no hace cosas malas y... redoble de tambores... ha escrito un libro.

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