El otro día después de comer, mi madre sacó de su bolso un librito con papelillos sospechosos y, ante el asombro de los allí presentes, arrancó uno, lo dobló como un acordeón, le prendió fuego a una esquina que luego sopló y lo dejó delicadamente en un cenicero. Y de repente se obró el milagro, porque empezó a oler a incienso ligeramente perfumado.
Pues dichos papeles son los Papier D´Armenie: inventado hace más de 120 años, el popular librillo siempre se ha producido en el mismo taller, en Montrouge, según los mismos métodos artesanales que cuando se inventó. Estos papelillos están ligeramente recubiertos por resina de benjuí, que le da su fragancia única. Según leo en su web: Auguste Ponsot descubrió las propiedades desinfectantes de la resina de benjuí durante un viaje a Armenia y decidió “importarlas” a Francia. Renombrado desde la Antigüedad para sus propiedades antisépticas, cicatrizantes y expectorantes, el bálsamo de benjuí se usaba, en uso externo, en el tratamiento del asma, de la tos y de los enronquecimientos.
Bueno, pues una vez investigado el asunto, ha localizado una tienda en no-se-donde que los venden y ahora mi madre va quemando papelillos, dejando huella perfumada de su presencia.
Los conozco huelen fenomenal!
ResponderEliminarcuidado, que no te puedes liar canutos con ellos
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