Nota: si hay algún vegetariano extricto o algún seguidor de PETA (no a las pieles) que no me lea, está avisado....
Este local que veis aquí es el restaurante Marlow & Sons, en el barrio de Williamsburg (Brooklyn). Sus propietarios, un matrimonio que además posee una carnicería del mismo nombre, comenzó hace cinco años a comprar las vacas y los pollos directamente a las granjas. Un día, entre hachazos, chuletones, hamburguesas y vísceras, se dieron cuenta de que lo único que no usaban de las vacas era el cerebro y la piel. Así que se pusieron a investigar antiguas técnicas de los indios americanos para curtir pieles restregándolas con la masa cerebral. Hay que tener estómago para untar con sesos un trozo de piel, pero como decía mi abuela: ¡aquí no se tira nada!
Pues bien, el resultado de este amor y compromiso con la comida orgánica y los métodos naturales de producción, es un negocio muy curioso donde este matrimonio se deja la piel: supervisan desde la cría y el sacrificio de los animales (vaca y cerdo) hasta el proceso de teñido y el curtido de las pieles durante 4 meses! Y una vez que la piel está lista, realizan a mano los bolsos en el Fashion Distric de Manhattan. El precio final de esta obra artesanal son aproximadamente 300-400 USD.
Y además de los bolsos hacen cinturones, balones de fútbol y carteras – y el próximo otoño, sombreros de piel de conejo y jerseys de lana de cordero. Aquí os dejo una foto de los bolsos.
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